VIVAC
La adicción a la comodidad de nuestros días nos aleja a veces del placer de vivaquear. Mirando atrás en la aproximación que cada uno hemos tenido a la montaña, vemos muchas veces que al principio éramos, no se si más románticos, o sólo más recios, pero hacíamos muchos vivacs. Cada fin de semana que íbamos a Gredos o al Pirineo nos veíamos durmiendo en un soportal al lado del coche, entre unas piedras protegidos del viento, o incluso en una cueva de nieve. ¿Qué nos ha pasado? ¿son nuestras espaldas? ¿nuestras rodillas?, o nos hemos hecho adictos a la estufa de nuestra casa o de los confortables refugios de hoy en día...
Nuestro protagonista nos invita a realizar un viaje en el tiempo, unos cuantos años atrás, cuando preferíamos, antes que cualquier lujo, una noche en el Hotel de las Mil Estrellas. Vídeo realizado por Javier, un realizador amateur tan modesto que no hemos sido capaces de encontrar muchas más información sobre su persona en la Red. Javier, ¡manifiéstate!